Un grupo de niños y niñas abrazados y mirando hacia un horizonte abierto representa el objetivo de la asociación, que promueve la igualdad de oportunidades y mejora la calidad de vida de las personas con dependencia y sus familias. La escena, sencilla pero poderosa, se convierte en símbolo de unión, esperanza y futuro compartido.
Este mural nació de la participación de la comunidad educativa, con especial atención a la propuesta de Carmelo, que sirvió de base para la composición. Cada camiseta, mochila o prenda de los personajes recoge elementos de otras ilustraciones, como si cada uno llevara consigo una parte del mensaje común. De forma discreta, pero significativa, aparecen símbolos que hablan de inclusión, diversidad, respeto, sostenibilidad y cuidado mutuo. Un homenaje a lo colectivo y a la construcción de un mundo más justo y humano.
La paleta, suave y serena, se funde con el entorno: tonos que evocan espigas, campos castellanos y la luz del cielo abierto. Los colores envuelven la escena con calidez, reforzando la idea de que el futuro se construye con paso firme, pero también con ternura.