¡La fachada del huerto escolar se ha convertido en un espacio lleno de vida y color! Inspirándonos en la naturaleza, diseñamos un mural quiere transmitir la importancia de cuidar el medio ambiente. Cada elemento del mural, desde las verduras de hoja verde hasta los pequeños insectos, está pensado para conectar a los peques con la tierra y hacer del huerto una parte activa de su día a día en el cole.
Uno de los detalles más importantes es la representación del sol y el agua, elementos esenciales para que todo crezca. Con una regadera que riega el huerto a través de una lluvia de colores, el mural simboliza el ciclo natural de la vida y la importancia de cuidar lo que nos rodea. Además, hemos usado una paleta de colores que conecta todo el diseño, asegurando una armonía visual en la fachada, que ahora parece una extensión natural del entorno.
Pequeños detalles, como los insectos que habitan el huerto y las figuras infantiles, aportan energía y dinamismo. Estos elementos hacen del mural un espacio lúdico y educativo, donde los niños pueden descubrir cada día algo nuevo y sentir que el huerto es suyo. Una gran fachada que no solo embellece el espacio, sino que también educa y motiva a los peques a respetar y valorar la naturaleza.