El sueño de cualquier muralista es una pared así de lisa, con forma de casita, rodeada de flores y palmeras y con la montaña de fondo. Y, como buen sueño hecho realidad, hemos disfrutado infinito del proceso. Ahora el mural contagia de alegría al equipo y a los peques cada mañana, gracias a este grupo de figuras que transmiten los valores del cole: convivencia, amistad, alegría, inclusión, igualdad, amor. La paleta de color, viva pero sobrias, armoniza con la arquitectura y jardines del cole, y recuerda los bonitos tonos del atardecer marbellí.